A medida que se aproximaba el estreno de la novena temporada de How I Met Your Mother me vino a la cabeza comentarle a mi amiga Miss Whatever la idea de participar en notodopuedeserlost escribiendo sobre el tramo final de la aventura amorosa de Ted Mosby. Al igual que muchos, ella ya estaba cansada de la sitcom del momento, y encima nos encontrábamos con la posibilidad de visionar decenas de otras series que las superaban en calidad.
Y ahí es donde entraba yo. Yo seguía manteniendo casi al completo la ilusión de los primeros días, esos días en los que un pub irlandés y un loft en el centro de Nueva York nos transmitía sentimientos "parecidos" a los que sentimos en el gran Central Perk de los 90 (que queden claras las comillas). Pensé que podía sacar el lado positivo a cada episodio sin machacarlo a base de "desde la quinta ya no es lo que era". Pero señores..."No question asked" y "The lighthouse"… me han tocado las pelotas. Así de claro.
Inocentemente creía que nunca cambiaría de opinión, que seguiría pensando que How I Met mantendría momentos inolvidables a pesar de la bajada de calidad que había sufrido. Y no ha sido así. Nos encontramos en una temporada estancada en las cuatro paredes que son Farhampton Inn; en una temporada de 20 episodios que narran al más puro estilo "24" cada detalle de los tres días previos a la boda. En las primeras reviews nos preguntábamos si habían acertado con este método de narración, y llevando ocho episodios puedo asegurar que no, ha sido todo un error. Claro que puede que a medida que lleguemos al final la cosa mejore y nos deleiten con unos episodios magníficos, pero eso no nos hará olvidar lo pesado que se nos ha hecho llegar a ellos.
Lo que me llama la atención es que para una vez que me siento identificado con la mayoría, leo comentarios de otras personas que comentan que alguno de los episodios que he mencionado han sido de los mejores de lo que llevamos… ¿en serio? ¿habéis visto los mismos episodios que yo? Muchos dicen que lo importante no es que la trama avance, sino que nos saquen unas risas durante el episodio. Estaría de acuerdo si esas risas existieran, pero es que de veinte minutos puede que me ría cinco (y la mayoría en momentos que nos recuerdan temporadas pasadas).
Como he dicho antes, How I Met (y más en las últimas temporadas) destaca también por darnos momentos emotivos difíciles de olvidar que me darían para otra entrada, y por eso mismo no me esperaba nada ver a Ted con un croma a sus espaldas (si no os habeis dado cuenta os animo a que revisioneis ese momento) pidiéndole matrimonio a The Mother en un momento tan metido con calzador. Sabía que no veríamos más allá del momento que todos esperábamos, de ese "and kids...this is how i met your mother", y no me molestaba, sentía que conocía a The mother, que cada uno de los detalles que nos habían dado de ella completaban el puzzle. Me equivocaba.
Nos van a estar lloviendo flashforward sobre la relación, no me parece mal, de hecho funciona, al menos en el momento de Ted y el crucigrama. Pero "The lighthouse" no era el momento. Una vez que la magnífica Cristin Millioti le pone cara a ella, sufrimos una especie de "vuelta a la casilla de salida". El puzzle que se vuelve cuatro veces más grande. Sentimos la necesidad de conocerla en mayor profundidad… y de repente Ted se pone de rodillas y le pide la mano a una, convirtiendo uno de los momentos más esperados de la serie en un mero tránsito, algo que ocurre sin más...
En tiempos en los que los encargados de sus productos piensan más en dinero (¿alguien ha dicho spin-off?) que en terminar el proyecto con la cabeza bien alta, lo único que nos queda es la esperanza de que en los siguientes once episodios (que quede claro que quería escribir esto sin haber visto aun "Platonish", parece que tiene que venir Bryan Cranston a levantar esto) vuelvan a retomar el rumbo y consigan que al sentarme frente a la pantalla piense: esto si es How I Met Your Mother.
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