lunes, 16 de diciembre de 2013

How I Met Your Mother - The Rehearsal Dinner

Y llegamos a la cena de ensayo. A pocas horas de la ceremonia, nuestros protagonistas se reúnen para hartarse de bebida y comida en lo que será el preludio a la cena original. Y como es How I Met, no nos extraña que algo tan simple se convierta en toda una locura. Hemos tenido sus más y sus menos, pero todos estaremos de acuerdo en que Barney nos la ha vuelto a colar, y eso nos encanta.


No ha sido un episodio que me haya hecho cambiar de opinión sobre el mal camino que está siguiendo esta última temporada, pero sí han conseguido una cosa que llevaba años esperando… creerme la relación Barney & Robin. Nunca he sido muy fan de esta pareja la verdad, así que imaginaos la cara que se me quedó cuando descubrimos que la chica del vestido blanco era Robin. Es cierto que ella es muy Barney en muchos aspectos, pero a excepción de los inicios del romance, no han conseguido engatusarme con su puesta en escena. Pues este capítulo si lo ha conseguido, y por un motivo muy simple, Barney nos ha demostrado que a pesar de colgar definitivamente en el armario su traje de ligón pseudoninfómano, en el fondo sigue siendo él. Podréis decir perfectamente que lleva siendo así toda la temporada, pero es la única ocasión en la que la pareja me ha transmitido credibilidad y coherencia en sus actos.

En todo el episodio nos han tenido con la duda, ¿será Robin o Barney quien tiene un as bajo la manga? No os voy a mentir, desde el principio pensaba que si alguien se la estaba jugando al otro, esa era Robin. Fallo mío. Barney ha sabido aunar su estupidez y despropósito para colarle a su prometida un regalo de boda que nunca olvidará. Desde que la canadiense llegó a nuestras vidas, ya nadie ve Canadá con los mismos ojos, incluso podríamos llegar a escribir una entrada con todos los chistes que inventan nuestros chicos. Por lo que al más puro estilo americano, tenemos definitivamente una cena de ensayo cargada de tópicos canadienses.


Respecto a los demás personajes hay poco que decir. Lily ha contado el inesperado cambio de planes por parte de Marshall y hemos tenido a un Ted que toma el testigo cómico al ser el padrino de la boda. Necesitamos más Ted, necesitamos a la chica del paraguas amarillo. Me gusta ese Ted descolocado al encontrarse de nuevo en una boda sin compañía, y ese Ted disfrutando de su soltería. Al principio de la temporada vimos como Ted viajó a casa de Stella para recuperar el relicario que tanto añoraba Robin, nos han dejado con ganas de saber si esa trama avanza, o si Ted tomó la decisión de convertirse en el amor platónico de Robin tras ver lo sucedido en "Platonish". Creo que la trama tomaría mejor rumbo si retomásemos todas esas historias.


Nos gustan estos episodios en los que nada es lo que parece, pero no dejamos a un lado esa sensación de que estamos visionando un episodio muy largo en esta temporada. El mono tema de la boda  pasa factura a How I Met, parece que somos Bill Murray en "Atrapado en el tiempo", por lo que a pesar de todos estos detalles que nos han sacado una sonrisa de manera intermitente a lo largo del episodio, esta serie no es lo que era, y lo que es peor, no da señales de que lo vuelva a ser.

Nos dejará con algún buen recuerdo que otro de su tramo final, pero desde luego no será esa temporada que ansiemos tener ocupando un puesto en nuestras estanterías...y es una pena la verdad.

¡Por cierto! ¡Grande James Stinson!

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